Mia Khalifa

Mia Khalifa es una ex-pornstar libanesa nacida en 1993. Es un caso curioso, el ejemplo de que hacer mucho ruido suele valer más que el talento, de como una bola de nieve puede convertirse en avalancha. Si no fuese por las polémicas en las que se vio inmersa nadie se acordaría de ella. Físicamente no destaca en nada, no es demasiado guapa y su cuerpo no resulta especialmente llamativo en comparación con el de otras actrices top.

Buscando la polémica

Nació en una familia católica conservadora, aprendió inglés en una escuela privada francesa de Beirut. Su familia tuvo que abandonar el Líbano en 2001, debido a la inestabilidad de la región. En Estados Unidos hizo una vida normal y estudio el grado historia. Debutó en el porno en 2014, después de trabajar unos meses como camarera en un restaurante de comida rápida. Tuvo el inicio soñado por todas, en apenas unos meses se alzó como una de las principales figuras de la industria. No le hizo falta esforzarse. No hizo sexo anal. Nunca actuó bien, se mostraba demasiado pasiva, sin ganas para las mamadas, aunque si tenía buena capacidad para la garganta profunda, su técnica era propia de amateurs.

Sus inicios estuvieron rodeados de polémica por un vídeo donde la actriz practicaba sexo con un hiyab. El asunto tomó tintes internacionales, los periódicos de su país natal hablaban de ella y la polémica explotó en posturas irreconciliables; religiosos vs. ateos, conservadores vs. progresistas. Todos opinaban y hablaban de la joven Mia Khalifa, mientras tanto, sus vídeos acumulaban millones de visitas y su caché se multiplicaba.

La pornstar renegada

Su carrera fue corta, grabó pocas escenas y abandonó el porno, muy desilusionada con la industria.

Supongo que fue mi fase rebelde. No fue realmente para mí. Maduré un poco y traté de distanciarme de eso.

Quizás fue así, no podemos saberlo, pero probablemente lo que le llevó a dejar el trabajo de forma tan precoz es que ya tenía lo que necesitaba, fama y seguidores para desarrollar una lucrativa carrera alejada de los rigores del porno. No hay nada de malo en ello, pero luego aprovecho su posición para renegar de su pasado y criticar el porno. Incluso en su Onlyfans, según ella contó en una de sus entrevistas, se dedicaba a estafar a sus seguidores, cuando un usuario le pedía contenido sexual, le enviaba una foto normal con un papel que ponía XXX, otro claro ejemplo de hipocresía, ¿para qué iban a pagar a Mia Khalifa si no era para eso?

No obstante, su popularidad ya estaba disparada, en apenas dos meses de carrera logro superar a la consagrada pornstar Lisa Ann en el ranking de visualizaciones de Pornhub. Inició una carrera como comentarista, de deportes y videojuegos, llegó a trabajar para ESPN, además de publicar vídeos en su canal de YouTube y hacer directos en Twitch. En julio de 2020 empezó una campaña en contra de Bangbros en sus redes sociales​, más de un millón y medio de personas firmaron una campaña de petición en Change.org para que sus vídeos fueran eliminados.​ La productora respondió:

Hemos tratado de permanecer en silencio y permitir que Mia Khalifa haga sus trucos publicitarios sin responder. Lamentablemente, Mia ha tomado nuestro silencio como un visto bueno, no solo para continuar, sino para aumentar sus declaraciones falsas. La actriz recibió más de 178.000 dólares, solo de BangBros y sus entidades afiliadas, no los 12000 que ella dijo que ganó en una entrevista, además, la realidad es que estuvo en la industria para adultos durante más de dos años, trabajando con otras productoras antes de trabajar con nosotros.

Mia Khalifa ha hablado abiertamente del efecto que tuvo en ella su paso por la industria del porno, de los remordimientos que le produce y de la sensación de que se aprovecharon de ella. Aunque es aceptable que los artistas expresen su arrepentimiento personal y hablen de las experiencias vividas, y aunque la explotación y el acoso ocurren, como ocurre en muchas industrias, otros en la industria para adultos la han criticado; los artistas porno y los trabajadores del sexo en general ya están estigmatizados por la sociedad, y a algunos los están acusando de haber trabajado en la industria contra su voluntad o por desesperación. Esta narrativa resulta muy negativa para muchas trabajadoras del sexo voluntarias.


Mia Khalifa durante un podcast en 2019 / CC BY

Última actualización: 31/07/2024